El otro día, un amigo (=aquel que te trae algo que sabe de antemano que te va a gustar y cuando menos te lo esperas) me pasa una grabación radiofónica de hace tiempo donde se entrevista a Alex Rovira por la reciente publicación, entonces, del libro de «La Buena suerte».
Es más una conversación que una entrevista clásica. Ya la he reescuchado varias veces y lo que más me impacta es cuando el periodista le pregunta:»¿qué pasa cuando después de mucho intentarlo, no llega la Buena suerte?», y Alex dice, mencionando a Skinner, que «siempre que haces lo mismo, obtienes el mismo. Resultado, deja de hacerlo y tendrás nuevos resultados: ¡cambia de paradigma!».
Ah! ‘Touchee’.
No podemos en Automoción seguir haciendo lo mismo. Vender «coches» frente a servir movilidad; enfrentarnos a las administraciones versus construir un espacio donde la movilidad a entregar sea «inteligente» (claro esto último ya incluye sostenible, desde todas las perspectivas) y donde el usufructuario no distinga entre parado (casa/oficina/taller) y en movimiento (coche/autobus/tren/avión/braco/…) para disponer de información (la famosa i-bicuidad de A. Cornella).
Si a nuestra «caja tonta» le queda menos, ¿cuánto le va quedando a la «rueda tonta»?